Parte 1:
Aprender y olvidar
Empezaré parafraseando la pregunta de introducción al libro "Problemas de la Filosofía" del gran científico, y bien aficionado al ajedrez, Bertrand Russell.
¿Hay algún conocimiento de ajedrez que sea tan cierto que ningún jugador razonable pueda dudar?
Esa cuestión es de las mas difíciles que se pueden preguntar. Contestar, pero no de manera descuidada y dogmática, como en la vida ordinaria, o incluso en la mayoría de los libros, es tarea difícil. La respuesta tiene que ser critica, .después de explorar todo el enredo que nos provoca, y después de darnos cuenta de la vaguedad y confusión que subrayan nuestras ideas ordinarias sobre el tablero.
En el juego o enseñanza de cada día suponemos de demasiadas cosas que, al escrutinio más cercano, conllevan tantas contradicciones que solo un esfuerzo mental serio nos permite saber que es lo que podemos opinar. Cuando se trata de lo que transmitimos a otros, es preciso más cuidado y responsabilidad todavía.
Incluso la experiencia personal, que sin duda debería servirnos para derivar algún conocimiento, es muy posible que nos sirva cosas desde subjetivas hasta erróneas. Preguntar por ejemplo a Kasparov sobre la India de Rey, que tantos éxitos le proporcionó , y os dirá la maravillosa que es esta defensa, cuando en realidad, el motivo de su éxito con la India de Rey está en una preparación casi exhaustiva, en su mejor entender de las posiciones resultantes y en su mayor habilidad táctica. En su carrera Garry abordó muchas aperturas y variantes de dudosa construcción estratégica, les sacó todo el zumo, luego, cuando la gente se había enterado de cómo combatirlas, las abandonó. Detrás suya hay cohortes de jugadores defraudados que se preguntan porque pierden cuando juegan «como Kasparov».
Dependiendo de la edad a la que aprendemos el ajedrez, de nuestra pasión, más o menos sin limites, para el juego y sobre todo del entorno ajedrecístico donde damos los primeros y los siguientes pasos hacía el
dominio del juego, en nuestros ojos se filtran muchos instantáneos de posiciones. A nuestros oídos llegan muchas palabras de ajedrez, consideraciones y sentencias que pasan al nivel del involuntario y luego influyen nuestra reacción en el tablero, es decir nuestra manifestación inintencional.
Ya habéis acertado a que me refiero - a lo que algunos llaman intuición ajedrecística, otros llaman talento, otros llaman reflejo, etc. En una palabra es erudición pasada al subconsciente. Escuchad que dicen Alejandro Beliavsky y Adrián Mikhalchishin en el libro "Los secretos de la intuición ajedrecística": «La intuición es central en todas las decisiones que tomamos en ajedrez; entender su papel vital es imprescindible para mejorar el juego. Los jugadores que intentan calcularlo todo están condenados a perder contra aquellos que utilizan armónicamente sus habilidades lógicas y su intuición.» La intención de los autores es de ofrecer prototipos de posiciones donde tenemos que contar más con la intuición y otros donde hay que ser más analítico.
Me parece que se oyen protestas, ¿Qué? ¿Usted no está convencido que la mayoría de las cosas que hacemos en el tablero y en la vida son inintencionales? ¿Usted qué piensa cuando va en bicicleta? Usted no piensa nada, solo está pedaleando. Si intenta escuchar mis consejos sobre como pedalear, girarlo frenar, mientras pedalea, usted puede acabar cayéndose con la bicicleta. En una serie anglo-americana para niños, el detective Freddie estaba consultado por un "ciempiés por haber perdido la sincronización de sus no se cuantos pies. La respuesta fue «ni mirarlos ni pensar en ello» es decir dejar la sabiduría natural del cuerpo que se encargue de ello. Otro ejemplo de proceso que nos pasa cada día y no es un producto de la voluntad es el sueño. ¿O es que usted no duerme? No, no aquí. Ya lo se que lo mejor que se puede hacer durante una conferencia es dormirse. Sólo «el enemigo de clase no duerme», según Lenin. Total que muchas cosas están dentro de nosotros y no las podemos controlar bien. ¡Ojala! podíamos rebobinar toda la información acumulada por .el subconsciente y hacer las correcciones oportunas. El conocimiento que llamamos del tipo «procedimental» como, por ejemplo, el necesario para dar mate con dos torres, con entrega de alfil en «h7», ir en bicicleta, conducir un coche o nadar parece que está allí en lo suyo. No vamos a insistir porque los procedimientos se comprueban fácilmente si funcionan bien o no.
Pero hay otro tipo de conocimiento, el «declarativo», que además de ser mucho más frecuente y menos comprobable, se pega también en el subconsciente. Aquí está el problema. ¿Como se llama usted? Aunque soyGM, no podía calcular su nombre. Me lo tiene que decir usted. Puede que es una información falsa si yo entendí mal o usted me mintió, pero yo no tengo más remedio que creérmelo. Esta información pasará a mi subconsciente, asociada con su aspecto. Si le veo jugando, puedo añadir más a esta información incierta, por ejemplo: «x» es un buen jugador. O no, según me parece. Este juicio, a base de poca prueba, añadiría a mi conocimiento más incertitudumbre todavía.
Vamos a bajar ahora desde los cielos de la filosofía a lo más terrestre, práctico e inmediato que nos interesa, al lenguaje ajedrecístico de cada día. Este es él que nos está proporcionando los milpiés de nuestra sabiduría ajedrecística y de nuestros desencantos. Al analizar un lenguaje evitando contradicciones, nos tenemos que situar fuera de él según demostró el mismo Bertrand Russel. Suponemos que la siguiente discusión transcurre en un «meta-lenguaje ajedrecístico». Nada más bajar de los cíelos hay que subir otra vez. En ese «meta-lenguaje» el sentido de cada palabra o expresión se parece al lenguaje ajedrecístico ordinario, pero no tanto.
A ver las reglas que aprenden los novatos en ajedrez sobre el manejo de la apertura:
Salir siempre con el peón rey o dama.
¡Me parece bien aunque yo no lo hago „
Colocar las piezas para que actúen hacía el centro.
¡Estupendo!.
Sacar los caballos antes que los alfiles.
¡Hmmm!
Enrocar cuanto antes. ¿Hmmm?
Luego se sigue con algo peor, un adoctrinamiento del tipo «NENE CACA»:
NO mover una pieza más de una vez. (¿Qué tal la Española, o peor todavía la Defensa Alekhine?)
NO mover más de uno o dos peones. (Y contra India de Rey ¿qué?)
NO perder el tiempo con ataques sin fondo, tipo «mate pastor». (Entonces la jugada de Botvinnik en una variante de la Inglesa - Ataque Panov es errónea.)
NO dejar casillas débiles que el otro puede dominar u ocupar con sus piezas. (¿Sveshnikov?)
NO cambiar un alfil! por un caballo (Nimzoindia),
NO crearse debilidades que puedan servir de marco de ataque. Ésa última a lo mejor quiere decir que no movamos ningún peón.
¿Es jugar al ajedrez muy distinto de lo de ir en bicicleta? Si ralentizas y tomas tu tiempo para «pensar en ello» ¿acabarás jugando mejor o cayéndote con la bicicleta?
Vamos a ver como jugamos al ajedrez, al menos así lo veo yo y muchos más.
Introspección: Inspiro y expiro. Pongo en marcha el hipnótico péndulo con un movimiento firme. Dejo las volutas de círculos concéntricos de mi concentración a apaciguarse en mi mente. Absorbo la posición y la
posición me absorbe a mi. Me gasto una broma interiormente para arrancar mi adrenalina ajedrecística y para desarmar al oponente. Estoy mirando el tablero y veo la posición en cuanto mejor me permite mi imaginación visual. La «inintencionalidad» toma el mando mientras yo estoy marcando la posición. Para marcar la posición estoy empleando todo lo que puedo ver y todo el ajedrez que conozco. Hago notas mentales o me acuerdo otras notas mentales hechas con anterioridad. Durante la partida, mi mente esta en dos modalidades mayores, llamémoslas«reaccionando» y «oteando». Si estoy en forma, mi temporizáción es correcta. Si mi temporización es correcta, el ritmo de «oteando, reaccionando, oteando, reaccionando y oteando» encajan perfectamente en las ranuras de las dichas volutas de círculos concéntricos de mi concentración. Entonces me encuentro en la "zona ajedrez". "Zon ajedrez" es un estado «inintencional» de atención y energía enfocados de tal forma para aumentar el rendimiento ajedrecístico. Es un estado óptimo para discurrir ajedrez. En la «zona ajedrez» todas las funciones no esenciales de mi cuerpo se apagan. Pierdo la cuenta sobre la mayoría de las variables de entorno. Mi mente ejerce ciertas cosas cuando está reaccionando» y otras parecidas pero distintas cuando está «oteando».
En la modalidad «de reacción» estoy absorbiendo la posición del tablero, estoy calculando variantes, estoy evaluando posiciones, estoy tomando y recordando mis notas mentales y solo la «inintencionalidad» decide
cuando hacer que y hasta que punto. Estoy en la modalidad «de reacción» más bien cuando me toca jugar.
En la modalidad «de otear» me estoy situando en la atalaya del juego, estoy fantaseando sobre futuras posiciones o fases de la partida, percibo cosas que no había visto o no me había acordado en la modalidad anterior , repaso a vista de pájaro algunos cálculos y evaluaciones de unas posiciones que todavía no están en el tablero pero situadas en mi tercer ojo, junto a las notas mentales. Estoy en la modalidad «de otear» más bien cuando le toca jugar a mi oponente.
¿Saben donde quiero llegar? A que los dogmas y las reglas de la doctrina «NENE CACA» solo se pueden contemplar en la modalidad «de otear».
En la modalidad «de reacción» solo se puede jugar con la posición y contra la última jugada del contrincante. Nada de prejuicios. Solo hay que encontrar una jugada correcta. O puede que haya combinaciones.
Aquí está una larga lista de los prejuicios que nos pueden obturar la vista:
• El valor relativo de las piezas 1, 3, 3, 5, 9 puntos introduce un criterio materialista cuya opacidad no nos deja ver combinaciones brillantes. Hay que matizar que es un valor ORIENTATIVO y que puede cambiarse mucho según la configuración. Acordar que el objetivo del juego es hacer jaque mate, no amontonar material de ventaja. Hay que describir la ventaja mínima de final para poder ganar (una torre o alfil + caballo) y también dar ejemplos de celadas típicas donde la caza de material lleva al cazador hacia el desastre.
• La ventaja de la pareja de alfiles. Hay que matizar que se trata de posiciones abiertas y, al ser posible, con estructuras de peones asimétricas.
• La ventaja del alfil contra caballo en final. Hay que dar ejemplos y contraejemplos (estructuras con muchos peones y bloqueo, con . peones doblados o con huecos) donde el caballo supera claramente al alfil. También hay que matizar que el alfil conjuga mejor con la torre y el caballo con la dama.
• La ventaja de la mayoría en el ala de dama. Es un error decir esto.
Decir la ventaja de la calidad es algo correcto, aunque en muchas posiciones no se confirma que una torre sea superior o ni siquiera igual a un caballo o un alfil. Es una verdad estadística. Lo de la mayoría es una mentira estadística. Es una mentira incluso para muchos finales.
Esta en conflicto directo con algunos principios estratégicos (menos islas de peones, ataque de la menoría, etc.) En el medio juego una mayoría central es mucho más importante (Alekhine) y hasta en varios finales. En las aperturas semi-abiertas modernas el negro persigue la estructura 4-2 contra 3-3. (Francesa, Caro-Kann, Siciliana Alapin, Dragón e incluso líneas de la Najdorf o Scheveningen. Esto se corresponde al principio de Nimzovich: «Una mayoría es en tanto más valiosa en cuanto tiene más peones.» En la Grünfeld incluso se entrega un peón para conseguir una potente , -mayoría central (la variante Tb1). Estoy harto de ver la partida, Marshall - Capablanca que sale en todos los manuales junto con la lamentable defensa de Marshall. (La 23a partida del match, Nueva York 1909). La mayoría en el ala de dama puede constituir una ventaja solo en finales muy sencillos (como los de peones). Creo que lo correcto sería decir «La ventaja de la mayoría central» y matizar los ejemplos que se dan de costumbre como excepciones.
Consejos, contra el dogmatismo - como reemplazar, borrar, olvidar, atenuar ciertos conocimientos incompletos o erróneos del subconsciente Pocas soluciones se pueden dar para esto. Ya hemos dicho que no se puede rebobinar el pasado para borrar la información mala. El tiempo y la experiencia la atenuarán. Mirar posiciones, problemas y combinaciones y preguntarse porque hay dificultad en solucionarlos.
Concienciando un problema ayuda mucho en solucionarla. Por ejemplo, mucho antes de ser un jugador conocido, yo jugaba partidas amistosas en un parque. Siempre me quedaba mal con las negras en una cierta
variante de «Los dos caballos». Lo que me acordaba perfectamente era que jugaba una línea teórica. Al mirar el libro se aclaro todo, era una línea teórica mala. Es un ejemplo de información incompleta. Entendí el peligro de aprender cosas por encima. Repetí muchas veces haciendo la jugada buena: «Ésta es la línea buena, la otra es mala». Jamás volví a jugar dicha línea. Sin embargo algunos rasgos de lo que ingerimos alguna vez se quedaran para siempre. Saber aprender es imprescindible. Sobre esto hay un montón de información. Saber olvidar, igual que en la vida, es un gran misterio.
Ejemplos:
Qué rasgos (sea calidades o defectos humanos) son característicos o incluso típicos a los jugadores de ajedrez y en que proporción, según el nivel de juego.
Aquí está el resultado de una encuesta realizada a más de 1.500 jugadores, de los cuales unos 80 tienen el ELO mayor de 2400.
A la pregunta «¿Es inteligente?» (las respuestas son en tanto por ciento)
• sub. 1600: 52 - 27/ (muy inteligente)
• 1600-1900: 60 – 27
• 1900-2100: 59 – 29
• 2100-2400: 55 – 35
• más de 2400: 51 – 35
¿Puede aprender cosas nuevas fácilmente, si quiere?
• 86
• 89
• 87
• 89
• 94
Ser mente abierta es bastante, muy importante:
• 32-55
• 33-56
• 35-53
• 29-63
• 41-45
Memoria regular, buena
• 49-42
• 46-44
• 43-51
• 33-61
• 40-56
Si es importante estudiar estrategia (poco, importante, muy importante)
• 31, 38, 24
• más de 2400 16, 35, 48
Conclusiones: Ampliar la memoria Aprender al nivel subconsciente. Mantener una mente abierta.
¿Hace caso a las partidas perdidas para mejorar?
• 72-84
Voluntad de ganar (importante, muy importante)
• 38-17
• 35-44
Concentración (importante, muy importante)
• 65-23
• 47-42
¿Que persigue? (algún golpe táctico, ventajas posiciónales, solo jugar la posición)
• sub: 42,40,18
• más: 26,35,39
Conclusiones: Flexibilidad, saber cuando hacer las cosas. El ajedrez es un problema de temporizáción. (Fischer).
La elasticidad es una de las cualidades mas importantes para un jugador de ajedrez. (Alekhine)
En el primer lugar viene la comprensión posicíonal
En el segundo - el reconocimiento de modelos (entender patrones, cosas típicas no modelos de pasarela).La táctica viene en el tercer lugar.
Estudiar finales (muy importante)
• 31-50%
Si te gusta una jugada, puede ser por (intuición, cálculo minucioso, reconocimiento de modelos)
• 39, 47
• 35, 25
• 26, 28
¿Si encontrar la mejor jugada es muy importante?
• 33, 26
¿Es fuerte?
• 22-63
¿Si la energía es muy importante?
• 30-65
Tener ídolos es importante:
18, 28, 30, 26, 22
Espero que los resultados de esa encuesta sirvan criterios para enseñar según el nivel de los cursantes. Sobre los criterios de edad os diré más o menos lo que recomienda la pedagogía moderna española. Hay que tener en cuenta que los buenos en ajedrez son más prodigios que el nivel general, con ellos podemos bajar en un año o dos el tipo de enseñanza.
6-8 años aceptan conocimientos empíricos pueden aprender modelos y procedimientos que no sean muy complejos. Su memoria es una esponja. Enseñar aperturas simples, finales y combinaciones.
Evitar dogmas y principios estratégicos que no tengan base concreta (como la regla del cuadro o la cuenta de las islas de peones).
9-11 años aceptan principios lógicos y conocimientos abstractos. Se tiene que insistir en el planteo, la conexión entre apertura y medio juego, el paso al final. Se pueden utilizar las dogmas como base de referencia y con las menciones que hice. Se insistirá en el desarrollo harmónico, la concentración sobre el centro, el ataque de la menoría, etc. Se puede empezar una clasificación de las combinaciones (por tema, motivo, etc.)
12-14 años se desarrolla el sentido de competición que se puede utilizar como motivación para un estudio serio. Se insistirá en la preparación de la partida, la técnica de la realización de una ventaja y otras cosas que convergen en conseguir la victoria. Se puede profundizar en la estrategia, en como abordar varias situaciones que pueden ocurrir, como el ataque o la defensa, tanto técnicamente como psicológicamente.
Fuente:http://www.laplaza.org.ar/